El pasado Jueves, un terremoto de 8.9 grados en la escala de Richter, azoto la isla de Japón, y el posterior Tsunami solo consiguió agravar aun mas el desastre, con mas de 10.000 muertos y miles mas desaparecidos, este viene a ser uno de los peores desastres naturales en la historia, y el peor terremoto en la historia del Japón.
Una de las principales preocupaciones, tanto para los Japoneses como para la comunidad internacional, son los graves danos causados a sus plantas nucleares, con especial énfasis, a la planta Fukushima-1, ubicada en la costa noreste de Honsu, la isla principal de Japón.
El sistema de enfriamiento de los reactores nucleares funcionan con electricidad, pero debido a los danos en las centrales eléctricas, estos fallaron, y los generadores de emergencia no funcionaron, lo que causo el sobrecalentamiento del combustible nuclear, causando que los niveles de radiación, subieran a niveles de 300 a mil veces mayores que lo permitido por las medidas internacionales.
Se ordeno la evacuación de más de 45.000 personas que viven en los alrededores de esta planta, pero aun así, el peligro no ha pasado. Uno de los principales riesgos de esta innovadora fuente de energía, son estos desastres, que a pesar de tener uno de los mejores sistemas de seguridad y protección, no estaban preparados para la magnitud del y fuerza devastadora del sismo y posterior tsunami.
Japón se encuentra al borde de uno de los peores desastres nucleares en la historia del planeta, superado solo por el desastre en 1999 en la planta nuclear de Chernobyl. Una conclusión es clara: Los reactores nucleares, a pesar de su innovadora producción de energía, constituyen un riesgo demasiado alto, que debe ser tomado en consideración.
Por Petromarine Energy